Planteamiento general
Lo primero que debo decir es que no tengo la menor idea de qué haya pasado con Cécile Denise Acosta Reynaud y que yo no tengo nada que ver con su desaparición.
De la nada, sin deberla ni temerla, apenas enterado de que supuestamente ella estaba desaparecida, fui arrestado ilegalmente, torturado y encarcelado. Salí a enfrentar un juicio en un idioma que no entiendo, y donde presencio todo a una distancia tal que me es imposible escuchar. Sin trabajo, sin permiso para trabajar, sobreviviendo gracias a la poca gente que me hace el favor de apoyarme económicamente, de rentarme una casa y de llevar mi caso de manera casi gratuita.
Me es prácticamente imposible conseguir documentos oficiales mexicanos que requiero como evidencia para mi caso. Me es imposible conseguir la firma electrónica necesaria para poder cobrar si trabajo en México. En ocho años no se me ha permitido salir de India ni una sola vez. Salvo durante la cuarentena debido al Covid-19, siempre se supone que el caso tomará de “tres a seis meses” o “un máximo de tres meses”, lo cual me impide hacer ningún plan a largo plazo: vivo en un limbo de “tres meses” que se han vuelto más de ocho años.
Además, como menciono en la Introducción, ha habido una fuerte campaña difamatoria en mi contra, a la que no puedo responder hasta que se resuelva el juicio o, más precisamente, hasta que salga de India.