En la argumentación simplemente se hace notar que ninguna parte de mi supuesta confesión es admisible legalmente, pues fue realizada ante elementos de la policía. Esta medida (creo que vigente en México también desde hace unos diez años) existe, justamente, para evitar las “confesiones” extraídas bajo tortura o amenazas.
Bajo tortura y amenazas se me forzó a firmar una “confesión”, según la cual yo había matado a Cécile en la ciudad de Madurai. Después se me obligó a escribir otra, de mi puño y letra, donde se afirma que la maté en mi departamento en Kalasalingam University y después la llevé a Madurai. Sin embargo, ninguna de ellas fue sometida ante la corte, sino una tercera donde ni siquiera aparece mi firma.
A continuación menciono algunos puntos que muestran que dicha “confesión” no corresponde con la realidad, y que no la pude haber hecho yo:
1) Fui arrestado en la parada de camión Thiruparankundiram Poonga el martes 17 de abril de 2012.
En realidad fui arrestado (ilegalmente) en mi edificio en Kalasalingam University el lunes 16 de abril a las 22:30 y conducido a Madurai, junto con mi hija y dos de mis vecinos. Esto se confirma an la deposición del Prof. Vijayakartik, uno de los vecinos que fue obligado a ir a Madurai el lunes en la noche, y creo que también en la del Inspector Mukkan, quien estaba a cargo de la estación de policía de Krishnankovil en ese entonces, ambos testigos citados por la fiscalía.
2) Enterré un cuchillo en la pierna de Cécile y le rompí una muñeca.
El examen forense no detectó ninguna herida con arma punzocortante ni ningún hueso roto en el cadáver. Sin embargo, sí hay una herida en forma lineal causada por calor (“heat split”). Probablemente la policía haya asumido que era un corte con un cuchillo y por eso aparece en mi “confesión”.
En la “confesión”, así como en la Hoja de Cargos, se describe una escena de extrema violencia que dura cierto tiempo: primero le clavo uncuchillo, después le rompo una muñeca, ella se defiende de mis ataques, finalmente le estrello la cabeza contra la pared. En el edificio donde vivíamos hay ocho departamentos, siete de los cuales estaban ocupados entonces. En el departamento adyacente al nuestro vivía un académico con su mujer y su hija pequeña, y ellas nunca salían. En el piso justo debajo del nuestro, una pareja de académicos con su hijo pequeño y una abuela; los dos últimos tampoco salían jamás. ¿Cómo es entonces posible que nadie haya oído nada?
3) Gasolineras.
¿Cómo puedo saber la cantidad exacta de combustible comprado en cada una y el tipo de botella utilizada (es decir, la marca), además de la compañía y la dirección exacta de cada gasolinera? La mayoría de la gente no conoce la dirección exacta de la gasolinera que usa regularmente (barrio, calle y número), ¿cómo voy a saber yo el de gasolineras en una ciudad donde no vivía? Creo que esto muestra claramente que no puede ser mi confesión.
4) Quemé su teléfono celular y otras pertenencias junto con el cuerpo.
¿Por qué no hay ningún indicio de dichos objetos, si según la policía había porciones de cabello sin quemar, y la ropa que tenía el cadáver sobrevivió lo suficientemente intacta como para determinar qué tipo de vestido era (“nightie”).
Cabe notar que en la Hoja de Cargos también se menciona que había sido envuelta en plástico y amarrada con cuerda, pero no se presenta ningún resto de dichos materiales. Se afirma que se encontró el marco metálico de la maleta donde estuvo el cadáver, pero dicho marco no se presenta como evidencia.
5) Fui a una tienda en Madurai a tratar de vender mi coche.
¿Por qué no se citó a ningún testigo de dicha tienda? ¿Por qué no se mencionan su nombre ni su localización?
6) Traté de huir a México.
¿Porqué entonces no compré boletos a México ni cancelé los que tenía a Pune, donde daría unas conferencias a principios de mayo?